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La leña necesita el almacenamiento adecuado. En particular, una gran cantidad de madera debe estar bien ventilada para que no se enmohezca. Por lo tanto, las diferentes puntas son adecuadas para el interior y el exterior.
Almacenamiento de la leña: consejos para el interior
La leña que lleves al interior debe estar seca. Asegúrate también de que haya una buena circulación de aire.
- Guarda siempre la leña en un recipiente o dispositivo adecuado frente a la estufa. Elija una opción de almacenamiento para ella que permita una buena circulación de aire. Los estantes y las cestas para leña son la mejor opción.
- La madera que almacene en el interior debe estar seca. De lo contrario, se formará moho y no podrá utilizar la leña.
- Ventilar suficientemente el interior para que el aire pueda circular. Además, nunca hay que cubrir la madera. Tampoco debe guardarse en cajones.
Guardar la leña en el exterior: esto es lo que debes tener en cuenta
La leña suele almacenarse en el exterior o en un cobertizo. Tenga en cuenta los siguientes aspectos a la hora de almacenar la madera para que no se estropee:
- Si es posible, almacene la leña en un refugio, como un cobertizo en el jardín. Estos deben tener un buen techo que mantenga la humedad lejos de la madera.
- Apile la leña de forma que esté bien ventilada. Las estanterías de madera pueden ayudarle en este sentido. Si observa que la ventilación no es suficiente, gire los troncos con regularidad para que se sequen.
- Apile la madera en una superficie seca. Un palé de madera o una base de ladrillos es una buena opción. La leña no debe absorber en ningún caso la humedad del suelo.
- Cubra su pila de leña sólo si no tiene techo. Asegúrese de que no se forme condensación. A pesar de estar cubierta, la madera debe tener suficiente espacio libre para la ventilación.