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Que un coche de empresa merezca la pena o no depende de distintos factores. De hecho, un coche de empresa no siempre es la mejor opción.
Cuándo merece la pena un coche de empresa: dos opciones contables
Las empresas suelen promocionar mucho el coche de empresa y «venderlo» como un atractivo extra. En realidad, un coche de empresa no siempre tiene sentido y a veces va asociado a importantes gastos adicionales y limitaciones financieras.
- Quien recibe un coche de empresa de su empleador suele poder elegir entre dos opciones: la tarifa plana del uno por ciento o el libro de ruta del conductor.
- Con la tarifa plana del uno por ciento, los denominados ingresos imputados por el vehículo de empresa se fijan en el uno por ciento del precio de catálogo nacional. Ejemplo: El precio de catálogo de un vehículo es de 40.000 euros. En este caso, los ingresos imputados ascienden a 400 euros al mes. Este importe se añade a los ingresos mensuales.
- Además, los desplazamientos entre el domicilio y el trabajo se calculan y gravan al 0,03% por cada kilómetro. Si el trabajador contribuye a los gastos de uso privado, puede reducirse el valor de los ingresos imputados.
- Otra posibilidad es el libro de registro del conductor. En él se registran con precisión los viajes con el coche de empresa y se dividen en viajes de negocios y privados. En los viajes de negocios, la fecha, el destino y el kilometraje se anotan al principio y al final del viaje. Para un viaje privado, basta con anotar el kilometraje respectivo. El valor de un viaje privado debe ser tributado por el empleado.
Para empresas y particulares que conducen con frecuencia, merece la pena un coche de empresa
Qué variante merece más la pena depende de los desplazamientos. Esto determina más o menos qué normativa sobre coches de empresa es más ventajosa para el empleado.
- En cambio, si el coche se utiliza poco para fines privados, es mejor utilizar el libro de registro del conductor.
- Otra cuestión que el trabajador debe aclarar es si el coche de empresa es necesario. Comparado con un aumento de sueldo, el coche de empresa suele salir peor parado porque supone un gasto adicional.
- Un coche de empresa sólo merece la pena si el empleado utiliza mucho el vehículo para trabajar. Si el vehículo se utiliza mucho, esta opción merece la pena. Si, por el contrario, el coche de empresa está parado, debería desaconsejarlo.
- Pero: A menudo, la empresa se hace cargo de los gastos de compra, seguro, matriculación, reparaciones, revisiones, neumáticos de verano e invierno, ITV y pruebas de emisiones de escape, así como del combustible. Estas ventajas especiales deben tenerse en cuenta a la hora de elegir un coche de empresa o negociar un salario más alto durante las entrevistas de trabajo o las negociaciones salariales.