Si el brazo de suspensión está defectuoso, hay varios síntomas que pueden indicarlo. En algunos casos, el coche ya no se puede dirigir en absoluto
Brazo de suspensión defectuoso – síntomas de la avería
Cuando el brazo de suspensión está defectuoso, los primeros síntomas suelen ser una capacidad de control limitada del automóvil. Dado que el brazo de suspensión es un componente esencial del automóvil, debe intentar repararlo a la primera señal de avería para evitar daños más graves. Si quiere echarle un vistazo usted mismo de antemano, puede necesitar un juego de herramientas de desmontaje.
- Como los brazos de control permiten girar a izquierda y derecha, los síntomas son más perceptibles en estas situaciones. Los ruidos inusuales al girar indican un problema con el componente. También es posible que la dirección se vea afectada. Si le resulta más difícil de lo habitual girar a la izquierda o a la derecha, es evidente que hay un defecto.
- El otro extremo, cuando el coche reacciona al más mínimo movimiento del volante, también es síntoma de un defecto. Es importante que estos síntomas indiquen, por ejemplo, un brazo de control deformado. Si está roto, la dirección ya no es posible en absoluto. Si el brazo de control está deformado, en algunos casos ya no es posible mantener la vía recta sin tener que contravirar activamente.
- Un vistazo a los neumáticos también puede aportar información. Si el brazo de control está deteriorado, puede observarse un mayor desgaste en una de las ruedas delanteras. Dado que la posición de las ruedas y los trapecios están alineados entre sí, una deformación también significa que las ruedas ya no están en la posición ideal y, por tanto, ya no se puede garantizar la seguridad para usted y sus acompañantes.
Barra estabilizadora defectuosa – estas causas provocan problemas
El desgaste suele ser la principal causa de problemas con los brazos de control. No obstante, debe procurar sustituirlos o repararlos en una fase temprana, ya que descuidar el problema puede tener consecuencias costosas y, en el peor de los casos, devastadoras para usted y sus pasajeros.
- Debido al desgaste, las piezas individuales del brazo de control, como las conexiones de goma, se vuelven quebradizas y se desprenden del componente. La goma quebradiza y suelta provoca los ruidos antes mencionados durante la conducción.
- En algún momento, los rodamientos de bolas de los brazos de control también sufren el desgaste de los años y dejan de encajar con firmeza. Como resultado del desgaste, la precisión al dirigir su coche sufre y es a menudo difícil dirigir con exactitud milimétrica.
- La rapidez con la que se desgastan los brazos de control suele depender de su propio estilo de conducción y del tipo de firme por el que circula con frecuencia. Si le preocupan los costes de reparación, puede obtener un presupuesto de un taller, que le indicará los costes de reparación estimados.